3 de mayo de 2017

Todo se tiñó se humedad y amanecer.

Abrir los ojos y tratar de definir si los colores que entran por la ventana son reales o son producto de mi imaginación. Ese trance entre estar despierto y dormido...
Los oídos me dicen que la calle está mojada, que llueve o llovió, pero el "teléfono inteligente" no muestra rastros de agua.
La nariz tampoco engaña, alguien huele el olor a lluvia?
Juntar un poco de fuerza, salir de la cama y encontrarte con que todos los sentidos estaban en lo cierto, a veces el teléfono inteligente no es tan inteligente.

Todo se siente raro cuando no estamos acostumbrados.
A Buenos Aires y su caos ya nos adaptamos.
Al arcoiris me lo taparon los edificios, pero no es es lu unico que pasa...
A veces no nos gusta vivir en la ciudad. . . .




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Solo y de noche.

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