El Inicio

Ezeiza, y eso que uno trata de llegar con tiempo... es así, buenos aires, trafico, a las corridas, bocinas... me como las uñas, quiero llegar y saber que no me voy a perder el avión....muevo la pata, abro la ventana, la cierro, me prendo un cigarrillo, espero... se hace largo, me pongo cada vez mas ansioso... pero ahí estoy, llegando a las cabinas de la entrada, pasando y con ganas de bajarme apunto hacia la plataforma nueva... finalmente me bajo y me prendo otro cigarrillo, el de despedida... pero no aguanto, tengo que entrar, tengo que sentir ese olor a aeropuerto...

Ya entré, ahora estoy mas tranquilo, Cheek-In, despacho de valijas y todos los empleados sonríen como si fueran ellos los que viajan, poco transparente pero a la gente se ve que le gusta así...

Sin embargo, fue todo muy rápido, ya está, ahora me queda seguir esperando, y eso es lo peor....¿como calmo toda esta ansiedad?
Y bueno, el viaje ya empezó, es casi una obligación, hay que gastar... Entonces me instalo con mi bebe (canon xsi, la voy a llamar así varias veces) y encaro al café "La Pausa" pero no sin antes hacer un disparo.

No puede empezar mejor el viaje, un café con sector fumador, así que me pido un cortado y un cenicero y la mejor forma de no comerme las uñas, por el momento es escribiendo. Y me despido de varias personas a las que no había tenido la oportunidad de contarles mi últimos días en Buenos Aires. Y son varias, y les escribo y les dedico unas conclusiones muy trabajadas, pero eso ya es del pasado. Hoy me voy y dejo los cabos atados y dejo el peso de la historia en su lugar. El primer viaje de tantos que pienso hacer sin esa mochila, sin ese caparazón que tanto pesaba.

Escribiendo se me pasa el tiempo volando, pago y me voy corriendo a migraciones, hago la fila, con un poco de miedo espero que me firmen la salida y entro en el free-shop. Me intoxico un par de veces seguidas con fragancias sobre valuadas y paso por havana, quiero cumplir con alguien que me espera en la Gran Manzana.

Es verdad que el tiempo pasa en velocidades diferentes para cada uno, y no me doy cuenta que están llamándome por el micrófono, ultima llamada... "Joaquín Mendonça acercarse por favor a la puerta 8" y ahí salgo corriendo...

Me siento en la ventana, acalorado por la corrida y con varias cosas en la cabeza, cosas que quiero dejar antes de despegar.
Nos saluda el capitán, acá soy un numero mas y por el momento me voy a conformar con eso.

Arrancamos, aceleramos y de a poco vamos rompiendo con la gravedad para apuntar directo al sol hasta cruzar la cordillera.

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