15 de octubre de 2012

a Roma, con amor?



Un desayuno y un poco de relax en la terraza a la toscana.


Los caminos por los que vamos son indescriptibles, si bien recorrimos viñedo en Francia, estos son con altura, y se ven mas imponentes, se alzan por los cuatro vientos.


Una parada en Siena.
Todo mantiene un estilo, todo se parece y sin embargo es todo distinto.


Una plaza, una barranca, curiosos asiáticos invadiendo como hormigas.
Adoquines, colores tierra y ropa colgada en la ventana. Podría estar en una película, pero no, es real.
Fuentes, estatuas, iglesias y paisajes en los bordes de la zona turística.


















Fotos, sol y un almuerzo con testigos.


Una guitarra que tranquiliza a los turistas, nos hace caminar mas lento, nos relaja la circulación.
Subidas, escaleras y laberintos. Museos, monumentos y unas cuantas curvas.
Fotos y caminar, parece que a parte del vino y la gastronomía también el viaje son escaleras y ejercicio.


Terminadas las caminatas por entre las callesitas de Siena, una autopista un par, y una Roma nocturna.


Quizá no es tan pesado como lo pintaron, como  lo esperaba. Un poco de trafico pero por el momento no es peor que Buenos Aires.


Intento fallido de cambiar de hotel. Un viejo que no modula (por mas que no se italiano, me puedo comunicar) y tiene mal modo. Un edificio que no es lo que esperaba.
La zona esta bien, seria como Palermo. Por lo menos el acceso desde el centro es rápido y el barrio tiene mucho restaurante cerca. Una vista a ala calle, un baño como todo acá en Europa:  mínimo.
Unas pastas. Una noche con luces y a dormir temprano.


Museos, monumentos, estatuas, mas grandes mas chicas, escaleras, escaleras y escaleras...
Por si no quedo claro:  Escaleras. Bocinas, mucho colectivo, como siempre el tranvía.
Roma tiene lo suyo, o eso espero, porque yo no lo vi. Quizá con la vista deslumbrada por lo que fue Alemania y el poco de Austria, el desorden me "desencanta".
Callecitas, una mas grande, una mas chica otra incluso mas chica. Empedrado, turistas, fuentes, monedas, kaos. Vendedores, ferias y tumulto. Es simpático pero desordenado. Igualmente es increíble la sensación que vivo: no siento que me quieren robar la cámara  Voy tranquilo como si nada, como si no me vieran. Soy un puntito de arena.




Nubes, que nos acompañan cada tanto. Unas gotas. Un café, otro café y un helado.
De golpe los paraguas están de moda. Todo el mundo vende paraguas.


Un diluvio imposible de escapar. Baldes de agua caen por todos lados, en todas direcciones.
Colectivos colapsados. No hay remedio, funda en cámara y a caminar.
La noche se llevo la tormenta, y también nuestras ganas de quedarnos en Roma. No es que no sea lindo, que no tenga vida propia y que no sea imponente. Roma es Roma, y lo va a seguir siendo. Pero este viaje también son vacaciones y me parece que por ahora no tengo mucha onda con Italia, (sacando Verona).


Cambio de planes concretado. Una noche mas, puentes, calles, fotos y fotos. Solo falta una mañana.
Imponente la basílica, imponente y hasta un poco abrumadora, y no en un buen sentido. Es contradictorio.


Sin embrago todo esta organizado por italianos, señales poco claras. Indicaciones confusas. Colas de una hora que no corresponden. Pies que laten por tanto caminar.
Un almuerzo y la despedida de Roma dos días antes de lo previsto... nos veremos otra vez,  quiza cuando estemos en la misma sintonia.






1 comentario:

Solo y de noche.

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